No tengas miedo, pues yo no lo tengo. Coge el coraje y azlo tu bandera. Si estamos juntos no hay miedo. En el cobijo de un abrazo tuyo me siento como un héroe. Siento que soy capaz de todo si tu estás a mi lado. Que un beso tuyo es elixir en cada batalla. Una caricia cura cualquier herida.
El verdadero miedo no es perder en la batalla. El verdadero
miedo es no volver a verte, no volver a besarte. Por eso soy más fiero en la
batalla, porque se que si soy fiero volveré al cómodo olor de tu ropa, al suave
algodón de tu mirada. Tú me comprendes sin siquiera tener que contártelo. Tú
sólo con decirme una palabras ya me calmas.
Pero no sólo eso también eres fuego, también eres pasión y
desasosiego. Eres la batalla de las sabanas. Eres un tornado. Veo fuego en tu
mirada y sosiego en tus labios. Firmeza en tus piernas y delicadeza en tus
manos. Suaves dedos, piel de gallina. Quiero volver tornado. Volver aunque sea
una última vez. Quiero desatar el tornado.
Lo malo de los tornados, al igual que los abismos, es que son adictivos. Lo bueno, es que te hace volar por un tiempo...
ResponderEliminarCreo que he sentido la esencia de este post, que he empatizado, y eso.. eso es lo más grande para un escritor, y te lo digo en serio.
Los abismo creo que es más brusco que los tornados. Aún así gracias por tus palabras.
ResponderEliminar¡Qué romántico eres!
ResponderEliminarmuy buena descripción. Me gusta
Gracias. Las descripciones son bonitas.
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